¿Cuánto puede afectarnos descubrir que nuestra pareja nos ha
sido infiel?
¿Cuánto puede dañarnos? ¿Puede llegar, incluso, a vivirse
como un trauma, esto es, con consecuencias psíquicas impactantes a medio-largo
plazo, con recuerdos constantes de lo ocurrido (episodios donde “la muy cabrona”
o “el hijo de p…” son expresiones de una vivencia constante de traición)?
¿Se puede recuperar la confianza en alguien que nos engaño?
Uno de los retos principales
(sobre todo en mujeres) es evitar caer en la suposición (machista) de que algo
que no hicimos causó, provocó el engaño, con una imagen de la sexualidad del
hombre como una máquina de presión que llegado a cierta tensión debe descargar…
“Es que es mi culpa…él me pedía sexo todos los días y yo no era capaz de
dárselo, me sentía mal…no me extraña que se haya buscado a otra”…. “Es mi
culpa, el me pedía una tercera persona en la relación, formar un trío…y al no
dárselo…” “Es que en esa época yo estaba
muy angustiada…seguro que necesitaba momentos de distensión…”.
Estos son algunas expresiones que
escuchamos en mujeres que han sido engañadas.
Y eso no es así, el hombre no es
una máquina y su sexualidad no exige una descarga de tensión y, mucho menos,
podemos revertir la causa de lo ocurrido en nosotr@s.
Podemos pensar que la pareja
tendría sus conflictos ( y cual no!!) pero cada uno con sus responsabilidades.
Siempre pensamos que hay otra opción al engaño. Para colmo de males, si
pensamos en la venganza como una opción a lo ocurrido (ahora ella le engañará a
él) la mujer lo tiene, por cuestiones de mandato de género, más difícil.
¿Y cómo nos afecta el que nos
hayan engañados? Esto dependerá de muchas circunstancias:
·
Nuestra personalidad: si nuestra autoestima estaba dañada ser
engañadas puede hacernos caer en una
imagen desvalorizadas de nosotr@s mismos.
·
Nuestras creencias en torno al vínculo fiel:
nuestra creencias de que el hombre puede /tiene derecho a engañarnos puede
amortiguar, en un primer momento, el golpe pero con un deterioro de nuestra
imagen como mujer a medio-largo plazo (avergonzándonos de nosotr@s mismos, con
conductas de sumisión, etc.).
·
La actitud del que engañó: el que la persona que
engañó lo reconozca, por ejemplo, puede ser un primer paso para empezar a
reconstruir la confianza perdida.
He hablado más de mujeres pero
está claro que, con sus variantes, esto puede ocurrir cuando el hombre es
engañado o en parejas homosexuales.